jueves, 26 de marzo de 2009
La grandeza de la humildad
La grandeza de la humildad
La festividad de Pésaj de este mes trata sobre la conmemoración del Éxodo de Egipto que tuvo lugar hace miles de años. ¿Pero es realmente una conmemoración? Kabbalísticamente, es una conexión…con las fuerzas que nos permiten abandonar nuestras formas de esclavitud, como la adicción, los miedos, la dependencia, etc.
Uno de los grandes secretos para escapar de aquello que nos ciega es buscar la unificación con las personas que están a nuestro alrededor. Al describir la huída masiva de Egipto en aquel entonces, la Biblia dice: “Todas las almas de Jacobo que vinieron a Egipto eran setenta”.
Si examinamos este fragmento en su lengua original aramea, vemos que se utiliza la forma singular de la palabra alma (nefesh), y no la forma plural, almas (nefeshot). ¿Cuál es el motivo de tal error gramatical? La respuesta puede hallarse en el concepto kabbalístico que afirma que somos como uvas en la vid, separadas pero conectadas.
El secreto para salir de nuestras cabezas es mirar hacia afuera, enfocarse en los demás y ver dónde podemos brindar nuestra ayuda, aunque sea pequeña. Los kabbalistas explican que cuando la casa de Jacobo llegó primero a Egipto eran “una sola alma”, lo cual es el motivo de la elección de la forma singular de la palabra nefesh. Sí, físicamente podemos estar separados y lidiar con nuestro propio dolor y nuestra alegría, pero en el nivel del alma todos somos uno.
Esto significa que cuando otra persona siente dolor, tenemos que sentir su dolor como si fuera el nuestro. Si oímos que una persona tiene un dilema, debemos ayudarla como si se tratara de nuestro propio dilema. Si necesitamos inspiración, podemos fijarnos en Moisés, quien, según los sabios, podía sentir el dolor de una persona con su cuerpo entero como si fuera el suyo propio (y probablemente aún más que la persona afectada).
En la Kabbalah, hablamos a menudo sobre este tema de sentir el dolor de los demás. Y lo hacemos porque debajo de la capa superficial de nuestra vida cotidiana hay una corriente profunda de significado y propósito que nos lleva hacia algo más grande que nosotros mismos. Los kabbalistas explican que antes de nuestra Creación, todas las almas individuales del mundo existieron en un estado de unicidad.
En el momento del impacto que los científicos denominan el Big Bang, chispas de esta alma volaron por los aires en infinitas direcciones. Nuestra misión ahora es facilitar la reunificación de estas chispas y devolvernos a este estado dichoso de unidad.
Esta es una misión que se logra en fases. Cuando experimentamos la sensación de ser una sola alma con nuestros congéneres humanos, nos demostramos a nosotros mismos y al resto del mundo la unicidad de toda la humanidad. Empezamos con la unicidad de la familia y aprendemos a extenderla a los distintos grupos en los que nos encontramos, extendiéndola finalmente al mundo y al universo.
Cada día de este mes, a medida que te enfrentes a tus problemas, y especialmente cuando hagas tus conexiones durante Pésaj , acuérdate, antes que nada, de conectarte con aquellos que están a tu alrededor. Al hacerlo, no sólo revelarás la Luz del Creador en tu vida, sino también en los vecindarios, pueblos, ciudades, países y continentes de este planeta…y más allá.
Todo lo mejor,
Yehudá
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